_
Antes que nada, quiero hacer presente el eterno agradecimiento, a todas las personas que, de un comienzo, se sintieron iluminados por esta idea. Darles un testimonio de eterna gratitud, porque hemos podido, con entusiasmo, recuperar en la memoria -tanto física como testimonial- todo ese pasado, cálido; glamoroso; lleno de fantasía y ante lo cual, lamentablemente, nos vemos en la obligación de hacer alguna comparación, que puede resultar odiosa, pero que refleja los cambios culturales tan profundos que nuestra sociedad -que se dice moderna- ha experimentado en estos años. Estos encuentros, de los que hemos participado con entusiasmo, no son mas que el reflejo de muchos de nosotros que seguimos aferrados a todo ese encanto que nos provocó el haber llegado a un lugar que nos entregó risas; aventuras; sana competencia y, para no olvidar jamás, esos memorables MALONES donde -debo reconocer- que en muchos de nosotros estaba esa inocencia de la aventura amorosa y el pinchazo que nos robustecía, producto de una juventud que aún no perdía el rumbo (que éramos los más). Sin desconocer que también vivimos con jovenes que equivocaron el camino.
Hay tanta gente que recordar. En lo personal, se me han ido amigos valiosos. Nos entristece el saber la noticia, pero creo que este esfuerzo que hace cada uno de nosotros en asistir a estas reuniones, son también un homenaje para quienes ya no están más.
Los que se han ido a vivir a otros barrios, también son parte importante de la historia de esta VILLA MACUL que, a pesar de los cambios fisicos que ha sufrido y con la partida de algunos que ya no vivimos en ella, aún conserva la frescura de aquellos años. Claro.., ¿cómo no recordar esos pequeños canales que corrian por las calles; cómo no recordar esos campeonatos de «football»; los partidos de «hockey», con esas chuecas artesanales que casi eran armas mortales, por su confección. Esos carros con rodamientos… y la gracia era tirarse por la bajada. Justo por donde subia la gloriosa MACUL 12. ¡PUFFFFFFF!, podría estar muchas horas reflexionando. Sólo quiero que esto no muera aquí. Veo, en cada rostro de ese encuentro, un deseo y unas ganas de que esto se perpetúe. Quizás podríamos crear EL DÍA DE LA VILLA MACUL. Instancia que sería el motivo para el reecuentro perenne. Que no se termine aquí todo esto en forma brusca, pensando que ya cumplimos y digamos: ¡será… no se hasta cuando!
Quiero, al despedirme, saludar en forma especial a todos aquellos que, desde la distancia y con una tremenda emoción, hicieron recuerdos que, de alguna manera, reflejan que el alma y el espíritu VILLA MACULINO están vigentes. Ahora… y siempre.
Amigos, hagamos de la fiesta de OCTUBRE un momento inolvidable. Todavia hay tiempo para motivar a los que, por alguna razón, no han podido participar. Hago un llamado para hacer llegar nuestro aporte a las personas que, de forma absolutamente desinteresada, hacen que estos encuentros resulten tan bien, entregando lo mejor de cada uno de ellos. Entonces, ¿porqué no unirnos también a una tarea que, al final, es de todos?
Un gran saludo a todos los villanos de corazón
PATO GÁLVEZ
miércoles, 5 de septiembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario