Carta desde México... lindo y querido

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Hola amigo:

Te escribo después de que pasó la fiesta y también la tempestad. !!!!!!!!!!! La verdad, tenía mucho que opinar frente a las distintas posturas. Recuerdas que te dije en un correo anterior, que sólo había que escuchar y no hacer tanto caso a las ideas nuevas pues, lo ya planificado, por supuesto resulta mejor que ir agregando actividades que se van realizando en el camino. No se si será esa la mala onda que ocurrió. Bueno, pero la finalidad se cumplió con creces. Claro que yo creo que nadie pensó, ni por un instante, el movimiento generacional y emocional que esta actividad provocó. Y quedará como enseñanza que, cuando los seres humanos se reúnen por una causa que tenga que ver con sentimientos y emociones, siempre van a resultar y van a emerger líderes innatos como tú. Puede que haya habido muchos gestores, como Dante Bossi y, en honor a él y a nuestros amados padres que, si ellos no hubieran realizado el esfuerzo de toda su vida en adquirir una casa en nuestra querida Villa Macul, esto no existiría. Tengo tantas ideas para que este movimiento permanezca en el tiempo que tendría que escribir toda la noche pero, lo primordial, es que seguiremos en contacto todos los villanos de corazón, para saber en qué estamos como personas y también… ¿porque no poder crear algo que vaya en ayuda de nuestros vecinos mas necesitados? Por ejemplo, también se me ocurre que debiéramos realizar encuentros en fechas que, por lo general los que estamos fuera, vamos a nuestro querido Chile (fiestas de fin de año) y realizar encuentros generacionales ya que por mis hermanas me enteré de gente, amigos de ellas, que yo no recuerdo y si supe de amigos míos que también estuvieron presente. Bueno, en fin, son tantas las ideas, sólo hay que ir planificando de manera de ser un ejemplo de amistad para que nuestros hijos y nietos sepan que en la vida, lo único que queda, son los buenos momentos. Que son pocos y es por eso que hay que disfrutarlos «a concho».

Bueno amigo, te dejo y doy gracias a Dios y a todos cuantos participaron, ya sea escribiendo, enviando fotos, asistiendo a eternas reuniones. A todos, muchas gracias y que Dios nos permita seguir con esta maravillosa cruzada.

Se despide una vecina y amiga,

Mariana Carrasco, México
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